viernes, 19 de junio de 2020

CONSEJOS PARA TRANSMITIR LA FE A NUESTR@S HIJ@S

 En muchas ocasiones, los padres cristianos no consiguen pasar a sus hijos una fe firme. Pasar la fe de padres a hijos sucedía con naturalidad en generaciones anteriores, pero ya no en la nuestra.  No sucede solo entre cristianos: familias de otras tradiciones religiosas también lo experimentan.
Vamos a señalar 10 factores que ayudan a que las familias puedan transmitir su fe a sus hijos. Como siempre cuando se trata de valores reales, requiere constancia y coherencia. 

1. Celebra las festividades y cuenta su historia
Las festividades religiosas llaman la atención de los niños: son días especiales. Una frase resume esta idea: "no es que los católicos guarden la Cuaresma; es que la Cuaresma te mantiene católico". Lo mismo podría decirse de la Navidad cristiana y de otras fiestas. No basta con celebrar la fiesta: hay que contar la gran historia que hay detrás de cada fiesta.  La Navidad tiene sentido cuando se proclaman las lecturas de Navidad, relatando el nacimiento de Jesús. Las festividades sin historias detrás (pensemos en Halloween) a menudo suenan a huecas.

2. Responde las preguntas de los chicos
Los niños hacen preguntas sobre Dios, sobre la fe, sobre la religión. Hay que estar preparado para responderlas. Hay preguntas sobre el comportamiento que también llevan a hablar de la fe. "¿Por qué debo perdonar a esos chicos malos?", "¿por qué me pides ayudar a esos?", nos lleva a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús. (Si no sabemos la respuesta a una pregunta podemos honradamente decir: "pues no lo sé exactamente, pero lo buscaré y te lo diré". En el Catecismo hay muchas respuestas, que hay que traducir al lenguaje infantil. También hay gente que trabaja con niños que pueden ayudar: maestros, catequistas...). No es beneficioso responder "no hagas preguntas", "es así y punto", "hacer preguntas está mal"...

3. Id con regularidad a las celebraciones religiosas o los sacramentos
Si la fe es solo un añadido para los ratos libres, no se contagiará a los hijos. Los niños han de ver que es una prioridad, y la más clara es el tiempo. Si la familia solo va a misa "a veces", el niño pensará que es una cosa poco importante o algo "útil en casos convenientes" (alguna enfermedad, un gesto social...). Los niños han de ver que la celebración religiosa es una prioridad en la familia, en la organización semanal o diaria.

4. Involúcrate en el servicio a los demás... y que te vean
"Servir a los demás es la fe con pies". Los niños aprenden de lo que ven hacer a sus padres. Si te ven ser voluntario en Cáritas, Manos Unidas o la parroquia, ellos aprenderán a hacer ese tipo de servicios. También es bueno involucrar a toda la familia: recogidas de material, actividades, etc...

5. Enseña a confiar en Dios
En el cristianismo, todo está basado en la confianza en Dios. Una clave es enseñar al niño a confiar toda su vida en el Dios que lo creó, que lo ama y quiere lo mejor para Él.




6. El juicio definitivo sobre cada persona está reservado para Dios
A todos nos molestan que nos juzgen y critiquen. La realidad es que una persona religiosa y prudente sabe que para realizar juicios definitivos en necesario ser Dios mismo: sólo Él tiene todos los datos y perspectivas sobre los hechos y las motivaciones. A los niños les enseñamos a distinguir los actos buenos de los actos malos, y está bien, pero a la hora de clasificar a la gente es mejor recordar lo de "no juzguéis y no seréis juzgados" (y explicar lo que significa). "Enséñales a tener un corazón humilde que busque entender al otro".

7. Sé suave con los niños y ciertas enseñanzas complicadas
Hay cosas en la religión que a los adultos les molestan pero a los niños les parecen normales. Y, al revés, hay cosas en las que los adultos ni se fijan y a muchos niños les pueden asustar o repeler. En la cultura católica pueden ser muchas: imágenes de mártires con sangre en la parroquia, o ciertas expresiones sobre el infierno o el demonio, algunos detalles prácticos de los sacramentos... Las cosas complicadas hay que explicarlas con suavidad, y no de forma brusca o con prisas y aspavientos o exagerando.

8. No mantengas a los niños en una burbuja
Incluso en los países de mayoría católica, hay personas de otras creencias y religiones y, de hecho, las personas con poca o ninguna religiosidad son mayoría. No tiene sentido intentar hacer creer a tus hijos que "todos hacen como nosotros". No es así, y enseguida se darán cuenta. Y llegará el momento, al crecer, en que tomará sus propias decisiones sobre religión. Es bueno que desde niño pueda dialogar y convivir, en un entorno moderado, con personas de otras creencias. También es bueno que vea que hay otras parroquias y otros párrocos que hacen las cosas de otras maneras.

9. Dile que comparta la fe con sinceridad y humildad
Nuestra sociedad pretende hacernos creer que ya casi no hay tabúes, excepto hablar de la propia fe con otras personas. Hemos de enseñar a nuestros hijos a que puedan hablar de su fe sin complejos ni vergüenzas: creemos que es buena, bella y verdadera y la queremos compartir. Hemos de ayudar al niño a poder expresar por qué cree y en qué cree. Y ha de poder hacerlo con sinceridad y también con humildad. La fe da alegría y un terreno firme: no debe dar soberbia.

10. Se necesita una aldea para educar... dásela
"Se necesita una aldea para educar un niño", dice un refrán africano que se cita mucho. En lo religioso es especialmente cierto: la fe se transmite en comunidad en grupo. En ella vemos que personas distintas (varias edades, procedencias, estilos) creen todas las mismas verdades, cada una con sus características particulares . Ese testimonio colectivo fortalecerá la fe de tus hijos. Hay que buscar esa comunidad, la parroquía de tu localidad es lo más cercano.

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